El ocaso de los Mayas



Por razones que desconocemos, en el siglo X empezaron a manifestarse síntomas de descomposición con rasgos diversos en cada una de las regiones que integraban el mundo maya. Hacia el año 900, en la región central donde se ubica la provincia del Usumacinta-- cesaron repentinamente los actividades culturales. La región norte -península de Yucatón- logró subsistir 100 años más pero a principios del siglo XI, también allí la cultura entró en decadencia.
Se atribuye ese eclipse a la llegada de un gran contingente de inmigrantes -aparentemente toltecas- cuya influencia resultó a tal grado abrumadora que logró opacar las características netamente mayas de la región. Al respecto Carlos Navarrete en su artículo "El mundo maya de Yucatán del periodo posclásico", nos dice: Por las fuentes históricas mexicanas sabemos que, hacia el año 1000 de nuestra era, un personaje muy importante, Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, gobernante de la ciudad de Tula, desaparece en dirección del área maya; Por el mismo tiempo,

 

las fuentes mayas, principalmente landa y algunos de los, libros del Chilam Balam, hablan de la llegada de grupos extraños a Yucatán, encabezados por un tal Kukulkán, personaje también histórico, cuyo nombre no es mas que la traducción al Maya de Quetzalcóatl. Aparte de la concordancia de las fuentes históricas, la arqueología vino a comprobar la veracidad de estas fuentes con pruebas concretas de la presencia física de los toltecas en el norte de Yucatán".

Con el advenimiento de los toltecos el poder político del área norte quedó en manos de la Liga de Mayapán, alianza formado por las ciudades de Mayapán, Chichén Itzá y Uxmal. El control centralizado que ejerció la Liga en toda la región fue uno de los factores principales que permitieron el desarrollo de un activo comercio entre los mayas y los demás culturas mesoamericanas coetáneas.

El Comercio en el Sureste antes de la conquista

 

Durante este periodo (del.900 hasta la irrupción española), cuando la influencia tolteca se hizo sentir en toda Mesoamérica, las tierras bajas (que hoy constituyen Tabasco) se convirtieron en una de las zonas comerciales más importantes de la región maya. Su ubicación geográfica las trasformó en paso obligado de las rutas comerciales, entre el señorío mexica y la región maya por un lado, y la costa del Caribe al norte de América Central por el otro. Pero su importancia se acrecentó más aún por el hecho de que en Tabasco se producía el cacao que, como sabemos, para los pueblos mesoamericanos era algo así como la moneda en la actualidad.
R.C. West en su libro Las tierras bajas de Tabasco en el sureste de México, señala: En las, tierras bajas varios poblados llegaron a ser puestos comerciales de significación: 1 ) Cimotán, en el extremo sur de La Chontalpa, cerca de la confluencia de los ríos Mezcalapa y Cúnduacán; 2)Potonchán, cerca de la desembocadura del río Grijalva y 3) Xicalango, cerca del extremo occidente de la laguna de Términos.

Además, en varios pueblos de La Chontálpa (Mecoacán, Teotitlán-Cupilco y Chilateupo), los comerciantes locales habían establecido casas para almacenar los artículos comprados a los mercaderes aztecas para venderlos después a los mayas.
"Entre los más grandes pueblos mercantiles, Xicalango era el mayor y el de más significación. Controlado principalmente por los comerciantes aztecas este pueblo localizado estratégicamente era el punto de convergencia de: la ruta costera marítima de Yucatán; 2) la ruta de tierra y río a través del Petén, del norte de Guatemala, y de la costa del Caribe, de la parte norte de América Central; y 3) la ruta de río por donde fluía el rico valle del Usumacinta y sus afluentes El centro comercial del interior, Cimatán, seguía en importancia al de Xicalango, porque controlaba las rutas que venían del centro de México y la de Zinacatlán en los Altos de Chiapas, que conducían a las tierras bajas de Tabasco via Teapa. Así trascurrieron cinco siglos aproximadamente. Ejercía el control la liga de Mayapán, es decir, la triple alianza constituida por Mayapán, Chichen ltzá y Uxmal. Sin embargo, a principios del siglo XV, los de Mayapán pretendieron apropiarse por completo del poder, ayudados por los mexicas. Comenzó entonces una guerra intestina que condujo, en 1441, a la desintegración del señorío y de cualquier forma de control centralizado. La población fue dispersándose y luego se formó un conjunto de pequeños señoríos de escasa importancia. Esto fue lo que encontraron los españoles al llegar por vez primera a tierras de lo que hoy es México.

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