Podría llamarse democracia, que cinco Magistrados de la Sala Constitucional, decidieran por más de dos millones de electores en el cacareado asunto de la reelección presidencial? como si ellos fueran a las urnas por nosotros, o que se negocie un tratado de libre comercio en secreto, en inglés y en Washington, condicionado a la entrega de nuestras instituciones públicas, y desde luego como de costumbre sin la participación popular creyéndose dueños absolutos de la soberanía nacional; o la manera de elección de diputados por lista, a dedo por intereses calculados de los que se han creído dueños de mi Patria por más de cincuenta años.

La manera dictatorial del libre mercado con la finada canasta básica generando más hambre en la familia costarricense y con ello, violencia, pobreza y zozobra.

La decisión politiquera con el transporte público y de carga al eliminar virtualmente el ferrocarril, permitiendo la destrucción de la red vial, contaminación sónica y ambiental, cargándole injustamente al bolsillo de la clase trabajadora, el costo de la factura petrolera.

Da mucha pena, el aceptar la imposición de impuestos al combustible, cargándole todo y sin misericordia a este pueblo paciente y noble, cuyas alzas automáticas, benefician injustamente a unos pocos, incluyendo a una refinería que no refina, y que no permite el bajar automáticamente cuando baja a nivel mundial.

De qué democracia hablan los señores de las cámaras y los políticos trasnochados, al imponernos sus ocurrencias como el caso de RITEVE y los doscientos días lectivos, como la dictadura de los partidos políticos representados en la Asamblea legislativa, ANTIGUO PRIMER PODER DE LA REPÚBLICA, sabiendo que constitucionalmente la representación debiera ser por Provincias y no por grupos políticos, máxime que más del sesenta por ciento de los ciudadanos no nos sentimos representados en ese poder legislativo, máxime que la Sala Cuarta a demostrado ser más poderosa que el mismo Congreso y lo más vergonzoso es que los mismos congresistas lo saben y no hacen nada para recuperar el poder que tuvieron en el pasado.

Da risa y pena, el escuchar y leer las manifestaciones de los grupos poderosos del País, que preocupados por la manera que la Comisión de Enlace proyecta a la opinión pública el sentir del pueblo costarricense, referente al desconocimiento del proceso electoral en el caso de ganar Arias Sánchez el próximo mes de febrero, calificándolo como un golpe de estado;

por Dios, con todo respeto... no sean ridículos, si la verdad es que ustedes han querido hacer las cosas a sus antojos hace muchas décadas, sin consulta popular de ninguna especie; por eso, hasta tanto no se ponga en práctica el plebiscito, el referéndum y se preocupen con patriotismo por una constituyente para quitarle las canas a la actual Carta Magna, sería diferente, ahí sí estaríamos hablando de democracia y de respeto.

La solución es muy sencilla, que la Comisión de Enlace le pida a todo el pueblo:

1-     NO IR A RITEVE.

2-     Que las madres y los padres de familia se organicen y no permitan el comercio con los libros de texto de sus hijos y exijan volver al curso lectivo de siempre de marzo a noviembre.

3-     Que los pueblos de Puntarenas y Limón  tengan vergüenza y presionen para que el ferrocarril vuelva a ser una realidad.

4-     Que nadie vote en las elecciones de febrero por los partidos que apoyan el Plan Fiscal y el Tratado de Libre Comercio.

5-     Huelga de brazos caídos hasta que no se racionalicen los impuestos en los combustibles, la puesta en marcha de una verdadera canasta básica, el retorno del Consejo Nacional de Producción  favoreciendo con políticas gubernamentales al agro, la pesca y todo medio de producción nacional, y que en asuntos de pensiones, las más altas no superen los setecientos mil colones y las más bajas el salario mínimo.

En Costa Rica lo que se necesita es una buena cuota de vergüenza nacional, y tener la suficiente conciencia que el pueblos somos los verdaderos dueños de mi tiquicia y que solamente con solidaridad humana, amor cívico, respeto a los valores espirituales, morales y de la familia, con valentía patriótica, dando lo mejor de nosotros en cada cosa que hagamos, es que ponemos en práctica la verdadera democracia tica.