Desde el inicio de las radiotransmisiones a principio de siglo, los
gigantes de las telecomunicaciones como la RCA y la AT&T hab¡an
contratado equipos de ingenieros para encontrar un remedio para las
interferencias eléctricas. Lo que distingue al inventor americano
Edwin Armstrong, que en1933 registró cuatro patentes en la frecuen-
cia radiofónica de la FM, fue el deseo de enfrentarse a la tradi-
ción. Mientras los expertos trataban el sistema ya existente de
transmisión por modulación de amplitud (AM), Armstrong ideó un
sistema que modulaba la frecuencia de las ondas radiofonicas, en
en vez de la amplitud.
El sistema de Armstrng, prácticamente inmune a las interferencias
eléctricas y dócil a una amplia gama de sonidos, consiguió una cla-
ridad de transmisión más allá de lo imaginable.
Muchos ingenieros habían experimentado anteriormente con la FM,pero
la habían desechado a causa de las distorsiones de sonido que pro-
vocaba. Armstrong descubrió que cuando la banda de frecuencia modu-
lada se ensanchaba, las distorsiones desaparecían, y las interfe-
rencias elécticas también. La mayoría pensaba que una banda más
estrecha significaba menos interferencias eléctricas; Armstrong de-
mostró que estas interferencias estaban en función de la amplitud y
que los principios para reducirla en la AM no podian aplicarse a la
FM.
Frente al cambio, la industria radiofónica se mostró prudente. La
radio constituia un gran negocio, y las emisoras comerciales habían
realizado fuertes inversiones en la AM; el sistema de Armstrong
amenazaba con hacer obsoletos los transmisores y los receptores co-
rrientes. Finalmente, en 1939, Armstrong estableció su propia emi-
sora de FM (inventos anteriores le habían hecho rico) y la utilizó
para alimentar el crecimiento del sistema.
Empezó a alcanzar la popularidad lentamente, pero en 1954 Armstrong
enfermó y, con su fortuna dilapidada en litigios por el control de
la FM se suicidó.