Marconi, Guglielmo (1874-1937)

Nació el 25 de abril de 1874 en la ciudad de Bolonia, al norte de Italia. Su padre, italiano era un banquero acomodado y su madre Irlandesa, heredera de una destilería de whisky. Guglielmo era Italiano de nacimiento y se crió en Italia, pero su madre siempre le hablaba en inglés, lo que sería una inmensa ventaja para él más adelante. Desde chico le interesó el magnetismo y la producción de corriente eléctrica con pilas de construcción casera.
No fue a la universidad, pero su madre consiguió que asistiera a las conferencias de científicos distinguidos, el profesor Vincenzo Rosa en Livorno y el profesor Augusto Righi en la universidad de Bolonia. Marconi también leía mucho y a menudo repetía los experimentos que describían los libros que tomaba prestados de la biblioteca de la universidad.
El padre de guglielmo legó a su hijo toda su perspicacia comercial. Una de las primeras cosas que hizo fue patentar su sistema de telegrafía y luego hacer una demostración ante autoridades del Servicio de Correos y oficiales del Ejército y la Marina Británicos en Salisbury Plain. Instalo antenas de 28 metros de alto, consiguiendo con éxito transmisiones a través de una distancia de unos tres kilómetros.
Marconi se hizo famosísimo de la noche a la mañana. A nadie le cabía dudas de que se podían hacer grandes fortunas con ese invento, y lo acosaron con ofertas de compra de la patente. Incluso el banco de Italia le ofreció 300.000 liras, pero las rechazó todas; primero porque creía necesario perfeccionar el invento, pero también porque estaba seguro de que valía mucho más de lo que le ofrecían.
Después de varios experimentos, aumentó el alcance a más de siete kilómetros elevando las antenas a gran altura mediante cometas. Al hacerlo notó que la inclinación de la antena influía en gran medida en la dirección de la transmisión.
Construyó en Poldhu, Cornualles, un transmisor cien veces más potente que todos los anteriores y logro que las señales se recibieran en St. Catherine´s point, en la isla de wight, a unos 300 kilómetros de distancia. Y llegaron incluso más lejos, a Crookhaven, en la costa oeste de Irlanda. Ya estaba listo para intentar el experimento del Atlántico.
Marconi montó el equipo en el puerto de St. John, en la isla de terranova, frente a la costa canadiense. Había dispuesto que se transmitiera la letra " S " del código Morse desde Poldhu cada 10 minutos y esperaba captarla con la antena 122 metros que había levantado. Así describió los tensos momentos previos a la prueba que significaría el éxito o el fracaso de su aventura:
" Fue poco antes del mediodía del 12 de diciembre de 1901 cuando me acerqué el auricular a la oreja y me puse a escuchar. El receptor que tenía en la mesa era muy elemental, unas cuantas bobinas y condensadores y un cohesor, ninguna válvula ni amplificador, ni siquiera un cristal... De pronto sonó un chasquido seco en el pulsador al golpear el cohesor indicándome que venia algo. Entonces sonaron inconfundiblemente en mi oído tres tonos cortos correspondientes a tres puntos... Las ondas eléctricas emitidas desde Poldhu habían atravesado el Atlántico ignorando apaciblemente la curvatura de la Tierra que muchos incrédulos creían un obstáculo insalvable... y supe que no estaba muy lejos el día en que iba a poder enviar mensajes a través del Atlántico. ".
La Marconi Company instaló emisoras de radiotelegrafía inalámbrica en Rusia, Finlandia, Canadá y Hawai, pero pronto empezaron a competir otras, sobre todo la alemana Telefunken. Pero por entonces sólo se podían enviar mensajes en código Morse.
Marconi fue cubierto de honores, especialmente en su Italia natal, donde le hicieron marqués y senador. Marconi era el embajador natural y favorito de su país y fue quien firmó el tratado de paz con Bulgaria y Alemania en 1919.
Cuando murió en 1937 la noticia se transmitió a todo el mundo por el medio a cuyo perfeccionamiento había dedicado su vida.

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