![]() En los últimos tiempos, sin llegar a correr ríos de tinta -aún- se ha escrito bastante sobre la contaminación electromagnética o electro-polución como la llaman algunos ecologistas. Pero, ¿qué es la contaminación electromagnética o electro polución? Pues nada más y nada menos que la contaminación producida por los campo eléctricos y electromagnéticos generados por los aparatos eléctricos y electrónicos que utilizamos diariamente, desde el horno microondas a la secadora de cabello, pasando por el teléfono celular, la computadora, la TV y, por supuesto, el radio. Esta radiaciones, invisibles para el ojo humano, pueden ser perfecta y exactamente medidas con aparatos especializados. ¿Cuáles son sus efectos? Bueno, en todo lo que hemos leído e investigado para la redacción de este artículo, encontramos que no hay pruebas concretas y concluyentes de que los CEM (campos electromagnéticos) sean culpables de causarnos enfermedades, aunque algunos científicos señalan un alto riesgo en padecer cefaleas, insomnio, cáncer, leucemia infantil, Alzheimer, alergias, abortos... Debido a esto, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha desarrollado un proyecto de cinco años llamado CEM, en el cual colaboran muchos países y que pretende lograr un adecuado conocimiento sobre electro-polución y sus efectos. El Consejo de la Unión Europea dictó una serie de recomendaciones sobre el tema en 1998. Las radiaciones electromagnéticas consideradas más perjudiciales son las emitidas por los tendidos de alta tensión y sus estaciones transformadoras y las derivadas de la telefonía móvil (celulares) y sus antenas base. Dependiendo de qué autor consultemos sobres los efectos de los CEM, obtendremos respuestas que van desde que son completamente inocuas hasta las que aseveran una relación directa con una amplia gama de enfermedades, e incluso algunos más osados dejan entrever una especie de complot entre gobiernos y colosos financieros, a fin de que no se investigue muy profundamente o se desmientan o distorsionen los resultados obtenidos. El propio estudio que la OMS realizó por cinco años (1996/2001)no fue capaz de echar más luz sobre el asunto, al punto de que alguna organización ecologista calificara a los resultados presentados por la organización internacional "papel en blanco" Entre los alegatos de quienes consideran sumamente perjudicial la exposición a los CEM están los siguientes: Los organismos animales utilizan electricidad para desarrollar sus funciones vitales. Lo que corre por los nervios son corrientes eléctricas. Pruebas como el electroencefalograma o el electrocardiograma lo que hacen es registrar la actividad eléctrica del cerebro o del corazón para detectar si existen irregularidades en su funcionamiento. El Dr. Hyland, de la Universidad de Warwick (GB), afirma que las ondas utilizadas por los teléfonos móviles son de la misma frecuencia que las ondas cerebrales alfa, por lo que, aunque la intensidad sea muy baja, el cerebro está especialmente sensibilizado a esta frecuencia. ...aumento de la permeabilidad de la barrera hemato-encefálica: Las neuronas, como todas las células, están recubiertas de una membrana que las protege del exterior. Las microondas provocan una dilatación de los poros de esa membrana, que se hace así permeable a determinadas sustancias que no deberían entrar en las neuronas. Este proceso permite relacionar las microondas con tumor cerebral, enfermedad de Alzheimer y pérdidas de memoria, como consecuencias más directas. Una alteración de la producción de la hormona melatonina conlleva desarreglos del sueño y de carácter, tales como depresión, cansancio y, en el extremo, propensión al suicidio. Quienes restan importancia a los efectos de
las radiaciones electromagnéticas no ionizantes también presentan
interesantes alegatos: Ante argumentos tan bien expuestos de una y otra parte, los gobiernos se han visto necesitados de llegar a acuerdos y de firmar algunos compromisos: Declaración de Río (1992), Tratado de Maastrich (1993) y
en muchos otros acuerdos comunitarios, la Unión Europea ha acordado
adoptar el principio de precaución, por el cual los gobiernos: Como fuere, la radioafición que
practicamos puede considerarse inocua, ya que la profundidad a la que
penetran las ondas en el cuerpo humano depende de la frecuencia. Las
señales de frecuencia más baja (del orden de kilohercios) atraviesan el
cuerpo humano como si éste fuera transparente, de forma que no hay
energía que se disipe en el cuerpo y los efectos de la radiación son
despreciables. José García A HP8AJT Con información tomada de varios sitios especializados
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