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Artículo publicado en CQ Radio Amateur,
nº 297 (febrero 2009)
Antena vertical para
40 metros
Sergio Manrique
Almeida
Todos los derechos
reservados

En
los concursos CQ WW DX de 2008 participé en la categoría de
monooperador monobanda en 40 metros. Mi primera idea era
instalar un dipolo vertical y alimentarlo cerca de la base
mediante un adaptador de impedancias comercial, como había
hecho en 2007; es decir, un dipolo de media onda con el
punto de alimentación más cercano a uno de sus extremos que
a su centro, y con la rama más corta dispuesta en horizontal
(figura 1).
Julio,
EA3AIR, me sugirió que adaptase impedancias mediante una
línea paralela de un cuarto de onda en vez de mediante el
adaptador; acepté el consejo y construí dicha línea. Lo que
sigue es el proceso de ajuste del conjunto de antena y línea
de adaptación.
La
línea paralela se sitúa entre el extremo inferior del dipolo
vertical y un balun 1:1; en mi caso la construí en base a
dos cables de 1 mm de diámetro con aislamiento plástico de
0,5 mm, separados 10 cm mediante tramos de varilla de PVC de
3 mm situados cada 30 cm, fijados a los cables mediante
bridas de plástico.

Figura 1. Dipolo
vertical alimentado asimétricamente para la banda de 40
metros, con adaptación de impedancias mediante un
acoplador de antena (ver texto)
Ajuste de la
línea adaptadora
Una vez construida la línea, con una longitud
inicial de un cuarto de onda (longitud en metros = 75
dividido por frecuencia en MHz), el primer paso es el
ajuste fino de su longitud, muy sencillo con un
analizador de antena. La longitud inicial para el centro
del segmento de fonía en 40 metros sería 75 / 7,120 =
10,53 metros. Instalar la línea, que deberá estar como
mínimo a una altura sobre el terreno de cuatro veces la
separación entre los dos cables que la forman. Con un
extremo en circuito abierto, medir la impedancia en el
extremo opuesto (figura 2): si ésta contiene una
reactancia positiva (por ejemplo, la lectura es de 2
+300j ohmios), la línea es corta y habrá que ir
añadiendo pequeños tramos hasta alcanzar el cuarto de
onda (impedancia mínima, escasos ohmios); si la
reactancia es negativa (ejemplo, 2 - 300j ohmios) la
línea es larga y habrá que ir acortándola poco a poco
hasta, como en el párrafo anterior, que obtengamos la
mínima impedancia posible.
En otras palabras:
tendremos una línea de un cuarto de onda cuando el
circuito abierto en uno de sus extremos lo transforme en
un cortocircuito en el otro. El por qué de este
procedimiento es que con un analizador de antenas es mucho
más precisa la detección de un cortocircuito que de un
circuito abierto. En mi caso, la línea paralela estaba
sostenida por un lado al mástil de la antena, y por otro a
una escalera plegable, quedando así a una altura de 3,5 y
2 metros (cada extremo) sobre el suelo del terrado.

Figura 2.
Ajuste de la longitud de la línea adaptadora de un
cuarto de onda (ver texto).
Ajuste de la
antena
Si la antena está formada por un hilo de cobre
desnudo, su longitud inicial en metros vendrá dada por
146,25 dividido por frecuencia en MHz; para hilo de
cobre con un grosor de 1 mm y una frecuencia central
de 7,120 MHz son 20,54 metros.
Si la antena está formada por hilo de cobre con
aislamiento plástico, su longitud inicial será de
142,5 dividido por frecuencia en MHz; para hilo como
el descrito al principio del artículo y una frecuencia
central de 7,120 MHz son 20 metros. Se observa que el
aislamiento de plástico “alarga” la antena, es un
dieléctrico que aumenta la capacidad de la antena, por
lo que ésta ha de ser más corta que sin aislamiento
para una misma frecuencia.
Una vez sintonizada la línea, se conectará a
uno de sus cables (no a los dos) el extremo inferior
de la antena. A corta distancia del extremo opuesto,
unos 60 cm, conectaremos el analizador de antena a la
línea paralela a través de un balun relación 1:1;
haremos varias tomas hasta encontrar un punto en el
que la impedancia de la antena sea de unos 35-65
ohmios más una parte reactiva; si esa parte reactiva
es positiva iremos acortando la antena por pasos de
unos 5 cm como mucho hasta obtener la mínima parte
reactiva posible. Si por el contrario la parte
reactiva es negativa, habrá que alargar la antena
también por pasos. Éste proceso de ajuste de antena y
punto de alimentación es iterativo, tras cambiar la
longitud de la antena el punto de alimentación óptimo
a su vez variará ligeramente.
Una
vez tengamos la antena sintonizada, haremos unas
pocas tomas en la línea paralela hasta que la
lectura del analizador de antenas sea cercana a 50
ohmios más una pequeña parte reactiva, y con una ROE
aceptable (sugiero 1,5:1 o inferior en toda la
banda).
El mástil telescópico de fibra de vidrio que
empleo tiene una altura de 18 metros (16,5 en la
práctica, ver figuras), por lo que fue necesario
poner el tramo superior de la antena inclinado, con
lo que la longitud final de la antena todavía varió
más respecto la teórica. En las figuras 3 y 4 se
muestran todas las dimensiones resultantes para
fonía y CW respectivamente, obtenidas
experimentalmente. Así que en realidad se trata de
una L invertida de media onda.
Figura 3
Figura 4
Figuras 3 y
4. Dipolo vertical para la banda de 40 metros
alimentado mediante línea adaptadora de cuarto de
onda. Medidas obtenidas experimentalmente para el
centro de la banda de fonía (figura 3) y de CW
(figura 4). En las medidas finales que puedan
obtener los lectores experimentalmente siempre habrá
una diferencia, por pequeña que sea, respecto las
mostradas en las figuras.
Comportamiento
de la antena
El rendimiento de la antena fue muy destacable,
lo cual pude comprobar especialmente durante todo el
concurso de CW; como dato, fueron 27 zonas WAZ
contactadas con una potencia de 100 vatios, en
contraste con las 19 de 2007. El único inconveniente
fue el elevado ruido eléctrico existente en la ciudad;
tanto el ruido de procedencia humana como el ruido
atmosférico tienen una mayor proporción de
polarización vertical que horizontal.
Conclusión
La línea adaptadora de cuarto de onda es fácilmente
construible e introduce una pérdidas inapreciables, nulas
si las comparamos con las que puede introducir cualquier
adaptador de antena, en especial si la antena a adaptar
presenta una impedancia muy distinta de los 50 ohmios de
nuestras líneas coaxiales: cuanto más lejana de 50 ohmios
sea ésta, el ajuste del acoplador hace que las reactancias
en su interior sean más elevadas y por tanto mayores las
pérdidas en su interior; todos hemos observado el mayor
calentamiento de los adaptadores en esos casos.
Otra ventaja de la ausencia del adaptador es el
mayor ancho de banda del sistema, es decir, la baja ROE en
todo el segmento de la banda de interés; es cierto que el
adaptador permite obtener una ROE muy baja en una
frecuencia concreta, pero en cuanto nos alejamos de ésta
la ROE crece más deprisa que con la línea paralela, sobre
todo en las condiciones descritas (impedancia muy
diferente de 50 ohmios).
Si algún lector decide construir la antena
descrita, encontrará que las medidas finales tras los
ajustes diferirán ligeramente de las dadas en las figuras
3 y 4; son múltiples los factores que influyen en el
sistema de antena, y siempre habrá alguna diferencia.
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