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Artículo publicado en CQ Radio Amateur, nº 242 (febrero 2004)

Propagación por dos caminos en VHF y superiores

Algunas consideraciones sobre la propagación en muy altas frecuencias y la influencia del terreno

Sergio Manrique Almeida
Todos los derechos reservados



   
    Analizaremos la propagación en bandas de VHF y superiores tomando un modelo con dos caminos: una onda directa y otra onda reflejada en el terreno. De paso, añadiremos algunos comentarios sobre la propagación en estas bandas y describiremos algunas técnicas de diversidad.

    En nuestra práctica diaria de QSO en VHF y superiores, habitualmente las señales de radio tienen una componente directa (conducida por la capa más baja de la atmósfera, llamada troposfera) y otra indirecta, reflejada en tierra en algún punto entre las dos estaciones. Lo vemos en la figura 1, donde para mayor realismo se ha añadido la curvatura terrestre y la de las señales de radio, curvadas por la troposfera; se observa que la reflexión en tierra no se produce a mitad de camino, sino más cerca de la estación 2, cuya antena está a menor altura.



Figura 1. Propagación por onda directa más onda reflejada


    El caso es que a la estación 2 le están llegando las señales de la estación 1 por dos caminos, de longitudes diferentes. A lo que quiero llegar es a que ambas señales (la directa, y la reflejada en tierra) se combinarán de una forma u otra al llegar a la estación 2 según la diferencia de caminos, hasta el punto (para determinados valores de dicha diferencia) de incluso sumarse o restarse. Vemos el peor caso en la figura 2, las dos señales se restan.



Figura 2. Las ondas directa y reflejada llegan con fases opuestas y se cancelan, anulando la comunicación en esa frecuencia. Para mayor simplicidad de la figura se suponen caminos rectilíneos y tierra plana


Polarización y reflexión en tierra

     Y ahora, unos incisos. En la figura 2 aparecen antenas de polarización horizontal, las que más empleamos en comunicaciones DX en VHF y superiores. Esas "ondas" dibujadas son representación de la fase de la señal. Se observa que en el punto de reflexión en tierra, a la cresta positiva de la señal no le sigue una cresta negativa, sino otra positiva: la reflexión causa a la señal de radio (en concreto a su componente de campo eléctrico) un cambio de signo, es decir, un giro de fase de 180 grados.

    Con antenas de polarización vertical, ese giro de 180 grados se produce con la condición de que se empleen frecuencias elevadas y las señales tengan un bajo ángulo vertical, casi a ras del horizonte; y ambas condiciones se cumplen en los casos que planteamos en el artículo (DX en VHF y superiores), por lo que si las antenas del ejemplo fuesen verticales seguiría ocurriendo la inversión de fase.


Atenuación por reflexión en tierra

    La reflexión en tierra también atenúa la onda, a menos que se trate de un reflector perfecto, como sería una superficie metálica. Pero en la práctica, para polarización horizontal y ángulos de radiación muy bajos (DX) se puede considerar que no hay atenuación, o bien que es muy baja.

    Por cierto, las características como conductor de un material varían con la frecuencia; así, el mar es un reflector casi perfecto en bandas de HF, pero en frecuencias del orden de varios GHz no se comporta como tal sino como lo opuesto, es decir, como un dieléctrico (un "condensador").

    Onda de superficie. En teoría, habría una tercera señal que se propagaría siguiendo la superficie de la tierra, llamada onda de superficie, pero este modo de propagación se caracteriza por presentar una atenuación más elevada cuanto mayor es la frecuencia, por lo que para señales de VHF (y no digamos de microoondas) puede decirse que no hay en absoluto onda de superficie para distancias que no sean cortas. Además, este modo de propagación solamente es posible para polarización vertical.

    Cambio de polarización. Ni la propagación troposférica ni la reflexión en el suelo han de variar notablemente la polarización de las señales.

    Volviendo al tema que nos ocupa, que es la combinación de las señales directa y reflejada, sucede que la diferencia de longitud de sus recorridos y el giro de fase en tierra implican una diferencia de fase entre ambas al llegar a la estación 2. Si la diferencia de fase es de 0 grados, se sumarán, y doblaremos el nivel de la señal; si es de 180 grados, se restarán y no habrá señal.

    - La diferencia de fase de 0 grados se produce cuando la diferencia entre los dos caminos es múltiplo entero de la longitud de onda: 0, 1, 2, 3, 4 longitudes de onda, etc.

    - La diferencia de fase de 180 grados (figura 2) se produce cuando la diferencia entre los dos caminos es múltiplo impar de media longitud de onda: 0,5, 1,5, 2,5, 3,5 longitudes de onda, etc.

    Pero esos son los dos casos extremos. Para el resto de valores de la diferencia de fase, nos servirá la ecuación de la figura 3.



Figura 3. Cálculo de la atenuación para propagación por ondas directa más reflejada (ver texto)


    En dichas ecuaciones hay que comentar que si (2·3,1416·h1·h2) / (L·R) = (3,1416 / 2) + 2·n·3,1416, donde n = 0, 1, 2, 3... y L: longitud de onda (letra griega "lambda" en las figuras), las ondas directa y reflejada se cancelarán (A2 tenderá a infinito) y no habrá comunicación en absoluto.

    La expresión de la atenuación total (At) puede simplificarse si se cumple una condición, quedando las ecuaciones de la figura 4.



Figura 4. Cálculo simplificado (ver texto)


Ejemplos

1. EA1ZZA/p trabaja en la banda de 432 MHz (longitud de onda = 0,69 m) con una antena de 15 dBi de ganancia (dBi = dB de ganancia respecto un dipolo + 2,1), y está en un alto a 100 m de altura sobre el terreno circundante. Por su parte, EA1ZZB tiene una antena de 10 dBi de ganancia en un bloque de pisos de 30 m de altura. La distancia entre ambas estaciones es de 80 km.

    Según la figura 4, la atenuación total entre ambas estaciones será A1 + A2 = 98,3 + 3,3 dB = 101,6 dB, independiente de la frecuencia (el cálculo es válido al cumplirse 16·h1·h2 < L·R). La presencia de la onda reflejada en tierra atenúa la señal 3,3 dB. Tiene lugar el QSO con buenas señales.

2. Supongamos que ahora EA1ZZA se traslada a una montaña a 920 m de altura y a la misma distancia de EA1ZZB. Aplicando las ecuaciones de (3) veremos que las ondas directa y reflejada se cancelan (A2 tiende a infinito) y no es posible el QSO.

3. En vista del éxito, EA1ZZA decide trasladarse a otra montaña cercana más baja, de 460 m de altura. Aplicando (3), resulta que la atenuación A2 = -6 dB, es decir, no sólo vuelve a ser posible la comunicación, sino que además la presencia de la onda reflejada incrementa las señales en 6 dB, al sumarse a la directa.

4. Si ambos hacen QSY a 144 MHz, se encontrarán con que A2 = 0 dB, y las señales intercambiadas por ambos serán las mismas que si solamente hubiese onda directa, es decir, como si hubiese condiciones de espacio libre.


Diversidad

    La diversidad es un concepto muy común en el diseño de radioenlaces troposféricos en microondas. Consiste en que en una comunicación por radio haya la posibilidad de cambiar algún parámetro, con la finalidad de obtener las máximas señales en recepción, sin aumentar la potencia de los emisores. Nos referiremos a mecanismos de diversidad que no nos estará de más conocer, habituales en radioenlaces profesionales y que incluso pueden dar ideas a aficionados a las bandas de microondas.

    Vamos a partir de la situación de la figura 2, en la que la comunicación era imposible debido a la cancelación mutua de las ondas directa y reflejada.

    Diversidad en espacio. La diversidad espacial se refiere a la capacidad de que una de las dos estaciones en comunicación pueda conmutar a una segunda antena, que no tendrá por qué estar alejada de la primera, sino en el mismo mástil o torre pero a diferente altura. No se trata más que de variar la diferencia de caminos de una manera que las ondas directa y reflejada pasen de cancelarse (cuando eso suceda, como en la figura 2) a sumarse (figura 5). ¿A qué altura hay que poner la segunda antena?

    Según los cálculos generalmente aceptados, 150 longitudes de onda por encima (o por debajo) de la primera es una diferencia de altura adecuada para cualquier estado de la troposfera, cosa que los aficionados podríamos aplicar solamente en algunas de nuestras bandas de microondas más elevadas.



Figura 5. Diversidad en espacio


    Diversidad en frecuencia. Si en un radioenlace cambiamos la frecuencia, cambiará la longitud de onda y por lo tanto la diferencia de fase entre las ondas directa y reflejada (figura 6). Es otra técnica a la que se puede recurrir en situaciones de cancelación de ondas directa y reflejada. No se refiere a un cambio a otra banda, sino a otra frecuencia relativamente cercana: una buena "regla de tres" es cambiar de la frecuencia inicial f1 a otra frecuencia f2 tal que la diferencia entre ambas sea = 0,1 f1. Nosotros quizás podríamos aplicarlo dentro de alguna de las bandas de microondas más amplias, con las limitaciones que impongan los planes de banda.



Figura 6. Diversidad en frecuencia


    Diversidad en localización. Se trata de que una estación tenga varias antenas (o antenas con receptores remotos) en una misma área, de modo que pueda escoger en cada momento la antena en la que llega la máxima señal. Creo que hay algún repetidor de aficionados que emplea este sistema; la conmutación entre antenas es automática, la lleva a cabo el receptor central.

    Conclusión. Este sencillo modelo de propagación es suficiente para describir muchas de nuestras comunicaciones en VHF y superiores, y nos ayudará a comprender situaciones más complejas con más de dos caminos (propagación multicamino), creados por reflexiones en objetos situados en el entorno del trayecto del QSO, o bien por irregularidades en la atmósfera.


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