Se
celebra en esta jornada en todo el orbe el Día Mundial de las
Telecomunicaciones como una seria y profunda reflexión a las nuevas tecnologías.
Desde su creación en 1865, tal día como hoy, la UIT (Unión Internacional de
Telecomunicaciones) ha contribuido a la comunicación en el mundo entero. En esta ocasión
en España se cumplen los 150 años del telégrafo y este día sirve para su recuerdo de
una manera especial.
Diez años antes de la fundación de la UIT, el 22 de abril de 1855, se promulgó la Ley que autorizaba al Gobierno a establecer «un complejo sistema de líneas electro-telegráficas» que enlazaran las principales ciudades españolas. Se había recorrido un largo camino desde que unos años antes comenzara a construirse, a modo de prueba, la primera línea española de telegrafía eléctrica, entre Madrid e Irún. Los primeros estudios y trabajos estuvieron a cargo de José María Mathé, director de los Telégrafos Ópticos.
El
1 de marzo de 1855 se inauguró el servicio al público para todas las oficinas abiertas
en esta primera y hasta entonces única línea electro-telegráfica construida. El 17 de
abril se conectaba a la red francesa. Al
mismo tiempo que sucedía esto, el Gobierno había enviado a las Cortes un Proyecto de Ley
de creación de una red de líneas electro-telegráficas que pusieran en comunicación a
todas las capitales de provincia y departamentos marítimos con Madrid y que llegara hasta
las fronteras con Francia y Portugal. Por fin, el 22 de abril de 1855 se promulgó la Ley
que ahora conmemoramos.
En
la Ley se preveía que la red, de tipo radial, tendría una longitud de 6.280 kilómetros
y estaría compuesta por casi 14.000 kilómetros de alambres que se apoyarían en unos
100.000 postes. De la construcción de las líneas se ocuparía la Dirección General de
Obras Públicas.
La Ley enumeraba cinco líneas que partirían de
Madrid. Hasta 1863 no se dio por finalizadas las obras. Con el objetivo de conseguir vías
de comunicación alternativas, no previstas en el proyecto inicial, se fueron construyendo
posteriormente otras líneas para todas las capitales de provincia peninsulares.
Los
aparatos de transmisión que se adquirieron para la primera línea Madrid- Irún donde
Burgos cobraba un especial protagonismo, fueron los Weatstone de doble aguja. Después se
sustituyeron por los Morse, cuyo nombre deriva de Samuel Morse, inventor de un sistema y
un código de transmisión que ha llegado a ser universal y con cuyo uso se han salvado
miles de vidas. Una instalación Morse consta de un manipulador o emisor y de un receptor,
además de una serie de aparatos auxiliares como pilas, conmutadores, galvanómetros, etc.
La
recepción de los signos a base de puntos y rayas quedaba grabada en una cinta de papel
movida por un aparato de relojería. En el Museo Postal se inauguraba el día 12 una
exposición que hasta el 27 de junio permitirá observar antiguos equipos que dieron
gloria y esplendor a la práctica telegráfica en la que ahora se afanan miles de
radioaficionados españoles.
Detrás de cada mecanismo técnico allí mostrado hay una historia de los funcionarios del Cuerpo de Telégrafos, que desde 1856 han dado muestras sobradas de su eficacia en todo este tiempo. La Asociación de Amigos del Telégrafo en colaboración con Correos deja también desde el pasado día 26 de abril un sello de Correos de 0,28 euros para la conmemoración.