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Andrés Galarón. Copyright © 2001

 

 

 

 

 

 

 

 

Un siglo con Leopoldo Alas “Clarín”, un clásico contemporáneo


clarin en sello1.jpg (6642 bytes)En la jornada del 13 de junio cuando se cumplían los cien años del fallecimiento de Leopoldo Alas «Clarín», recibía su figura y obra, el homenaje más popular tributado al aparecer su retrato silueteado en un sello, después de hacerlo en 1996 a «La Regenta».


La emisión literatura de este año tiene en Leopoldo Enrique García Alas y Ureña, más conocido como Leopoldo Alas «Clarín» a su protagonista. Nacido en Zamora el 25 de abril de 1852, hijo y nieto de asturianos, su vida y obra están íntimamente ligadas a Asturias y, más concretamente a Oviedo, donde realizó sus primeros estudios y la carrera de Leyes.


Durante los años del bachillerato inició la redacción de un periódico manuscrito, «Juan Ruiz». En 1785 firma su primera vez con pseudónimo «Clarín» en las páginas del diario madrileño El Solfeo. En 1878 se doctora en Derecho por la Universidad de Madrid.
En su etapa madrileña frecuenta las tertulias literarias y el Ateneo, además de colaborar con varios periódicos desde donde ejercía la crítica satírica.


En 1883 contrae matrimonio   con Onofre García Argüelles con quien tendrá tres hijos. Es en 1888 cuando pasa a desarrollar la cátedra de Derecho Natural de la Universidad de Oviedo, que compaginará con su actividad periodística, literaria y política, como concejal del Ayuntamiento de Oviedo. Desde 1885 su salud comienza a resentirse, preludio de su temprana muerte acaecida en Oviedo en 1901, a los 49 años.


Su extraordinaria capacidad analítica, junto a su agudeza de  pensamiento, hicieron de él uno de los primeros críticos de la literatura española del XIX y uno de los más grandes novelistas. En «La Regenta», considerada una de las mejores novelas en castellano, Clarín retrata la sociedad de su época a través del análisis social y psicológico de las clases sociales.

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El diseño del sello es una adaptación realizada por José L. Suárez, del equipo de dibujantes de la Real Casa de la Moneda-F.N.M.T. la imagen elegida es un pasaje del cuento «Adiós Cordera», con la reproducción de Rosa, Pachín y Cordera inmersos en la tranquila paz asturiana de paro Somonte viendo pasar un tren.


El sello, con un valor de 75 pesetas (0,45 euros) está impreso en huecograbado sobre papel fosforescente presentado en pliegos de 50 valores y con una tirada de 1.200.000 ejemplares.


 Pie: El sello, con un valor de 75 ptas. (0,45 euros) rememora un pasaje del cuento «Adiós Cordera» junto al retrato en silueta del autor de «La Regenta».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuarto Homenaje postal al maestro Manuel de Falla

 

Manuel de Falla, uno de los compositores españoles más importantes del siglo XX centraba una de las últimas emisiones postales del pasado año en España. El 14 de noviembre se ponía en uso un sello de tarifa de carta para Europa de 0,45 euros (75 pesetas).

En esta ocasión la tirada ilimitada de este sello se une a anteriores apariciones del maestro andaluz en el correo español. La más recordada, por ser la primera y por su reimpresión, la aparecida el 1 de diciembre de 1947, de 25 ptas., de color castaño lila, que luego daría pie a la sobrecarga de color carmín, como correspondencia por avión, conmemorando la visita del Caudillo a Canarias en octubre de 1950, de 10 cts.

Las variedades de aquella actuación fiscal posterior a la emisión le ha llevado a ser el sello más emblemático de todas las colecciones de España. Más allá de su extraordinario valor crematístico, se vislumbra una porción de nuestra historia, para unos remota, para otros más cercana, más vivencial.

Más cerca en el tiempo está el efecto dedicado al centenario de su nacimiento, que con un valor de 5 ptas. se emitía el 29-12-1976 con un total de 6 millones de unidades impresas en calcografía y con su rostro como tema central. Cuatro años después, con ocasión de la Exposición Filatélica de América y Europa «Espamer-80», aparece una hoja bloque donde uno de sus sellos de 25 ptas. recoge la efigie del maestro con el mural de Bonampak (México). De este trabajo litográfico se realizó una tirada de 4.740.944 ejemplares.

Ahora recién estrenado el siglo, la imagen «del bajo, delgado, moreno, de mirada penetrante bajo una frente resulta, rostro de tipo andaluz...» como le definiera el crítico francés G.J. Aubry no aparece en el nuevo homenaje postal, sino una de sus más sonadas partituras y celebradas composiciones «El sombrero de tres picos».

Manuel de Falla y Matheu nació en Cádiz el 23 de noviembre de 1876 donde realizó sus primeros estudios musicales. Interesado desde muy niño por la literatura y la música fue a los 17 años cuando decanta su vocación por la música.

Instalado en Madrid en 1896 prosigue sus estudios con José Tragó y dos años más tarde pasa con sobresaliente en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, los tres primeros años de solfeo y los cinco de piano. Desde ese instante inicia una serie de conciertos en público, escaparate donde da a conocer sus incipientes composiciones.

Luego viene el perfeccionamiento donde los años transcurridos con el compositor catalán Felipe Pedrell serán de fecundo estudio. En 1907 viaja a París con ocasión de una serie de actuaciones públicas. Los contactos con Claude Debussy, Isaac Albéniz, Ravel, Granados, Paul Dukas, se convierte en amistad y marcan una etapa decisiva en su carrera personal.

En 1913 llega el estreno con gran éxito de «La vida breve», primero en Niza y después en París. Tras el estallido de la primera gran guerra en 1914 vuelve a Madrid donde muy centrado culmina las composiciones «El amor brujo», «Noches en los jardines de España», «El corregidor y la molinera» y «El sombrero de tres picos».

En 1920 se ubica en Granada donde compone «El retablo de Maese Pedro», inspirado en un pasaje de El Quijote, Psyché, etc. Allí prepara junto con Federico García Lorca el I Concurso de canto jondo con el que se pretendía recuperar este canto primitivo andaluz. En Granada iniciaba su última gran obra «Atlántida», que dejó inacabada en 1946 al acaecer su muerte en Argentina, donde vivía desde el año 1939, y terminada por su discípulo Ernesto Halffter.

En el sello recientemente emitido se reproduce un fragmento de la partitura de «El Sombrero de tres picos», manuscrita por Manuel de Falla. La imagen procede de la Fundación Archivo Manuel de Falla y ha sido cedida para esta emisión. Este centro de estudios destinado a promover el conocimiento de la vida y obra del músico, junto con la cultura y música de  su época, así como a conservar e incrementar el patrimonio histórico legado por el compositor, todo ello en la ciudad que él eligió para vivir sus años de madurez.

Falla, músico genial, fue también, un gran comunicador. En los fondos del Archivo, hay inventaridas más de 23.000 documentos manuscritos o mecanografiados. Falla conservaba borradores, a veces más de dos, de cada carta enviada, por lo que el fondo documental permite reconstruir la relación epistolar, prácticamente completa, entre el compositor y la persona o institución con la que se relacionaba.

 

Pie: Sobre de primer día del sello de la manuscrita versión definitiva del «Sombrero de tres picos».