Carga Fantasma de Alta Eficiencia
Muy económica, fácil de construir, confiable y de alta eficiencia capaz de disipar potencias considerables a distintos rangos de frecuencia, lo que la convierte en una carga fantasma más que atractiva para experimentar e incorporar a la estación.


Materiales utilizados:

agua corriente (de la canilla) como vehículo,

Cloruro de sodio (sal de mesa común) como electrolito

Un frasco cualquiera de material aislante (plástico, vidrio, etc)

Un conector SO 239

Dos electrodos de cobre (construidos con el vivo de coaxil RG-213)

La carga fue testeada con 100 W de potencia en la frecuencia de 50.11 MHz indicando el roímetro una relación de 1:1, igual lectura que con una carga fantasma resistiva pura (resistencia de carborundum de 50 Ohm) comercial.

Sucesivamente se registraron las mismas lecturas en 28 y 7 MHz respectivamente siendo la relación de ondas estacionarias en todos los casos 1:1.

Este sistema si bien dista enormemente de ser una carga resistiva pura, su componente reactiva tiende prácticamente a cero y la componente capacitiva del mismo está disminuida a valores despreciables en parte, por las dimensiones físicas de los electrodos utilizados, la distancia existente entre los mismos y la composición química de la solución utilizada como electrolito (o elemento conductor) por lo que dicho sistema presenta una impedancia de carga ideal de 50 ohms.

No obstante a C.C. dicha carga presenta una resistencia aproximada de 6.000 Ohm.

Detalles a tener en cuenta

En la construcción agregar la sal en muy pequeñas cantidades (miligramos), cuidando de disolverla al máximo posible y verificar en cada caso la roe, repitiendo el proceso hasta lograr la lectura de 1:1.
La cantidad de cloruro de sodio dependerá de las características de la sal utilizada ya que la presencia de iodo y potasio (muy común en la sal de mesa) y algún otro oligoelemento influye en los volúmenes de sal utilizado en una misma cantidad de agua.

El tamaño del recipiente es importante a la hora de considerar la potencia a disipar. En todos los casos la tolerancia de disipación en tiempo es mucho mayor que en cualquier resistencia conocida, y se debe evitar la ebullición de la solución por dos razones, la generación de gases (vapor de agua) y la descomposición de la solución al variar su estructura coloidal por la temperatura (variará la concentración) lo que inevitablemente modificará la impedancia de carga ofrecida en un principio.

Sólo resta comprobar la estabilidad de la solución con el paso del tiempo, lo que no tendría que arrojar variantes de no mediar factores exógenos que modifiquen las características del electrolito utilizado.


Inconvenientes

Como todas las cosas, nada es perfecto y restaría encontrar la manera de lograr un recipiente absolutamente estanco y hermético para evitar el posible drenaje de la solución salina por el contacto entre la tapa del frasco y el conector utilizado.
Esta carga fantasma es absolutamente experimental por Lo que puede ser mejorada en su diseño y rendimiento por quien intente experimentarla.

LU8JB Carlos
Abril 2013