Tomaré, para elaborar el
Editorial del día de hoy, el correo que recientemente me
envió Rafael Valdez Jr, XE2PWF.
Rafa señala que desde marzo de 2007 ha estado practicando la
comunicación vía satélites LEO en FM
(AO-51, SO-50, AO-27) y que gracias a ello se ha enterado
más sobre la comunidad que utiliza satélites no
sólo en México sino en el mundo entero,
amén de que se suscribió a algunos boletines y a
que lee notas sobre el tema (por cierto, dice que
está preparando un documento para novatos sobre este
interesante tema).
Con todo lo que se ha documentado, Rafa ve que un buen
número de radioaficionados mexicanos pertenecen a la
comunidad académica o son investigadores o trabajan en
desarrollo de tecnología en laboratorios públicos
y privados. Ante ello, expresa “¿Qué
significa esto? Pues muy sencillo, en Estados Unidos, Europa y Asia,
muchos de las personas con licencia para Radioaficionados son
INVESTIGADORES que utilizan los segmentos de radioaficionados para eso,
experimentar, ¿Por qué? Porque no tienen que
estar pidiendo permisos para transmitir con cierto tipo de modos o
frecuencias, para eso están las bandas de radioaficionados.
Experimentan con Laser, microondas, comunicación satelital,
etc. Muchos son proyectos de universidades como los cubesats, que
incluso hay una compañía que los vende para que
las universidades monten en ellos sus experimentos.
“Esta semana Colombia lanzó el Libertad-1, el
proyecto lo encabeza la “Universidad Sergio
Arboleda”. Ante ello me pregunto ¿qué
están haciendo el IPN, la UNAM, el ITESM?, y nuestros
tecnológicos regionales? Sería loable que alguien
se acercara a estas instituciones de educación superior para
darles a conocer lo que están haciendo en otros
lugares. Considero una acertada decisión si cualquiera de
estas instituciones hicieran un proyecto de este tipo, o como el que se
llevó hace ya bastantes años con el UNAMSAT.
“Es tiempo de que COFETEL se abra, se modernice. Deben
ayudarnos, comenzando por la desregulación. Primero las
autoridades de COFETEL deben de olvidarse de nuestros segmentos, hay
que venderles la idea de la radioexperimentación.
Eso se tendría que hacer posteriormente de iniciar proyectos
con Universidades y Tecnológicos, que vieran que el campo de
la radioexperimentación es muy grande. Hay que recordar que
las telecomunicaciones son parte importante de nuestra
soberanía, por lo que la radioexperimentación nos
puede llevar a la obtención de patentes de origen nacional
que nos permitan mayor autonomía y soberanía.
“Por otro lado, creo que la FMRE tiene que iniciar un
acercamiento con el poder legislativo, buscando a los legisladores o
secretarios técnicos de las comisiones de Comunicaciones,
recordando que en el Congreso están los presupuestos y que
siempre el Poder Ejecutivo le guarda respeto al legislativo en cuanto a
recomendaciones. En alguna ocasión se habían
retrasado algunos procesos de renovación de licencias,
nosotros enviamos una solicitud a nuestro Senador del Estado quien
gestionó se liberaran todos los procesos empantanados. A lo
mejor por ahí es el camino.
“Todo lo que aquí te he planteado lo vine
analizando con Don Rafael XE2PVX (mi padre) camino al Grid DL56 que fue
activado el domingo a las 16:00 UTC vía AO-51 con cuatro
comunicados: dos nacionales y dos a la zona W”.
Muy interesantes los comentarios de Rafa. Lo primero que
hicimos luego de leer sus correos, fue ponerlo en contacto con nuestro
coordinador académico, Guillermo Figueroa, XE1GFF, quien
comentó que le iba a comentar a Rafa lo que se viene
haciendo en la UNAM, principalmente en la Prepa 5 con un
pequeño grupo de alumnos y profesores del laboratorio de
radioasrtronomía: un radiotelescopio para 140 Mhz. En breve
Memo Figueroa nos va a dar información al respecto.
Es verdad, falta hacer más radioexperimentación
en nuestro país. Ojala cada día sean
más radioaficionados los que se interesen en este campo, tan
necesario para México y para la humanidad.
Hasta aquí el Editorial de la FMRE.
Estamos
de acuerdo, hay que darle
difusión a nuestros servicios como radioaficionados, en
especial
a la juventud, nos estamos quedando ólo los viejos y que
duda
cabe que debemos renovarnos para bien de nuestro país de la
humanidad. En una ocasión se acercó a mi una
persona
(cuyo padre había tendo contacto con radioaficionados en
ocasión del ciclón de Colima en 1957), con la
intensión de que la asesorara sobre cómo instalar
un
equipo de radio para en los casos de emergencia en que se suspendieran
los servicios de teléfono, electricidad y demás.
Le dije sobre
las bondades de nuestros sistemas y de su costo que siempre
es
alto en cuanto a equipos e instalación se refiere, pero no
se me
ocurrió sugerirle un teléfono satelital que
sería
otra buena solución, porque en cuanto traté de
los
permisos y exámenes que se requieren para ser
radioaficionado,
pareció que perdió todo interés.
Sin embargo,
me dió gusto saber que hay quienes valoran a los
radioaficionados por el servicio que han prestado y siguen prestando.