celeridad.png - 12765 Bytes transport.png - 11532 Bytes
Transporte y la ciudad
Peatonización y comercio

En la época actual estamos tan acostumbrados a ver automotores que nos olvidamos casi por completo del medio más básico de transporte que existe: caminar.

Y es que caminar es la acción de transporte más básica del ser humano. Es un instinto que nace con nosotros y muere con nosotros, y a lo largo de nuestra vida ni lo olvidamos ni lo perdemos. Es saludable, prácticamente no genera contaminación, y aporta bienestar psicológico continuo a las masas.

Pero además, el tránsito peatonal es importante para la salud comercial de nuestras ciudades.

Piénselo por un minuto: los comercios son totalmente dependientes del peatón. Son muy pocos los comercios en donde puede ingresar un automóvil, realizar las operaciones correspondientes, y salir con sus necesidades suplidas. En la mayor parte de los comercios, se requiere que el conductor estacione su vehículo y se convierta en peatón para ser atendido.

Los malls y centros comerciales entienden muy bien ese concepto, y es por ello que dedican una gran cantidad de espacio al estacionamiento de vehículos. Los más finos incluso brindan estacionamiento bajo techo y con vigilancia continua, todo orientado a que el conductor pueda llegar y salir de su vehículo a hacer transacciones en sus tiendas.

En nuestra sociedad automovilística moderna los centros comerciales han tenido un crecimiento explosivo, mientras que los comercios tradicionales en los centros de las ciudades han ido muriendo poco a poco. La razón por la cual ha ocurrido esto es porque ya los centros de las ciudades no pueden generar tránsito peatonal. No hay donde estacionar, las calles están excesivamente congestionadas, y no hay posibilidad de llegar en un tiempo razonable empleando transporte masivo. El conductor no tiene la posibilidad de convertirse en peatón en el centro de la ciudad, y al no haber peatones, el comercio muere.

Afortunadamente, poco a poco el Estado ha ido comprendiendo esa simple realidad, y actualmente está llevando a cabo planes para devolver el tránsito peatonal a las ciudades, que van desde restringir el tránsito de vehículos hasta eliminarlos por completo para dar acceso absoluto al peatón dentro de la ciudad.

Y está funcionando! El mejor ejemplo de ello ha sido la peatonización de la Avenida Central en San José. Se eliminaron los vehículos por completo de esta calle, y el resultado fue que la calle se pobló de peatones. Todos los días, a todas horas, hay gente transitando por la calle peatonal, y el comercio no da abasto. Librerías, restaurantes, cafés, tiendas de ropa, todos se han transformado radicalmente gracias a la peatonización de la calle.

Es un concepto lógico y natural: las ciudades son para las personas, no para los automóviles. Qué gracia tiene una ciudad, con parques, monumentos y comercios si las personas transitan por sus calles encerradas en burbujas de acero y vidrio? Qué beneficio puede derivar un conductor de transitar por la ciudad, si no puede quitar sus ojos de la carretera para disfrutarla?

Vivir en ciudades para automóviles no es nada divertido, y basta pasar por la Avenida Segunda para darse cuenta de ello. Las ciudades para automóviles son anónimas, ruidosas, contaminadas y estresantes. Una ciudad verdadera, donde las personas se sienten felices y disfrutan de todo lo que les ofrece la ciudad, es una ciudad para peatones. Deberíamos aprender de nuestra propia experiencia, y en vez de buscar la manera de meter cada día más automóviles a las calles buscar la forma de reducirlos, y de devolverle la ciudad a sus verdaderos dueños: las personas.

Página principal

www.celeridad.net
Última actualización: 5 de enero del 2003
Comentarios: [email protected]